Como en cualquier industria, la del Oil & Gas tiene particularidades únicas. Su nivel de complejidad llega a tal punto que es una de las pocas que, además de tener las clásicas divisiones propias de cualquier sector, cuenta con una clasificación especializada. Esta clasificación se divide en tres segmentos globales de operación, donde cada uno tiene una misión específica. Incluso, hay empresas que pueden llevar a cabo todo el proceso; sin embargo, esto no siempre es recomendable, ya que la especialización genera mejores resultados, sobre todo en sectores de alta complejidad como lo es el de Oil & Gas.
El impacto de cada uno de estos segmentos especializados para las compañías incluye una serie de subespecialidades que resultan muy útiles al momento de definir la estrategia de acceso a un mercado en particular, es decir, ofrecer el producto o servicio adecuado al cliente correcto.
Upstream
Imaginemos que este es el segmento inicial de toda la industria del Oil & Gas. Aquí encontramos subespecialidades que van desde la realización de estudios técnico-geológicos, la perforación de pozos exploratorios, hasta la producción inicial de crudo y gas. Sin duda, hablamos de un segmento multimillonario, donde cada actor debe contar con experiencia y recursos. Es un mercado dominado por empresas tradicionales y con barreras de entrada elevadas en cuanto a competencia directa.
No ocurre lo mismo con los proveedores de servicios y productos transversales, ya que la alta demanda de apoyo para estas compañías cambia día a día a medida que las regulaciones, la tecnología y las metodologías transforman las necesidades existentes de las empresas de este segmento. Esto genera un mercado altamente dinámico, que incluso puede variar de un país a otro.
Midstream
Este segmento del sector se enfoca en la movilidad de los recursos, donde encontramos actividades como la administración de oleoductos y gasoductos, el transporte, las estaciones de bombeo y el almacenamiento. El segmento Midstream requiere un alto grado de especialización en el cumplimiento normativo. En algunas regiones del mundo, incluso se considera una operación de alto riesgo y es blanco frecuente de la delincuencia organizada.
Excluyendo a las empresas que participan directamente en la operación, los productos y servicios transversales tienen gran acogida y oportunidad para empresas dedicadas al transporte y logística especializada, así como para compañías de infraestructura capaces de adaptarse a las necesidades específicas del sector.
Downstream
Aquí hablamos de las fases finales de los procesos en el sector Oil & Gas. Se incluyen actividades como la refinación, los tratamientos petroquímicos, la distribución a estaciones de servicio y la comercialización de productos terminados.
Aunque pudiera parecer menos complejo que los segmentos anteriores, sus requerimientos logísticos y de inversión siguen siendo elevados. El campo de entrada para nuevos competidores es similar al de las operaciones Midstream: relativamente complejo, pero menos restrictivo que Upstream.
Los proveedores de productos y servicios transversales en este segmento encuentran oportunidades en áreas como la química, la logística especializada, e incluso en recipientes de almacenamiento especializados para productos derivados del petróleo.
Reflexión Final
Una vez vistos los tres segmentos principales del sector Oil & Gas, es importante recalcar que cada uno cuenta con subestructuras y actividades de alta complejidad. Por eso, casi toda la industria ha optado por dividir y especializar sus operaciones, lo que la convierte en un campo atractivo para actores dispuestos a invertir y especializarse.
No está de más decir que la tecnología y los proveedores tecnológicos juegan un rol vital que impacta directamente en cada uno de los segmentos mencionados. Hoy en día, su papel también debe enfocarse en mejorar la calidad de los servicios y apoyar la modernización basada en inteligencia artificial, que sin duda marcará el futuro del sector.
Joan Denilson Agudelo Toro – IS&CO