“Divide y vencerás”

El sector de hidrocarburos es, sin lugar a dudas, una de las actividades económicas más rentables para cualquier país que posea suelos con potencial para la extracción de recursos fósiles. Sin embargo, la alta inversión requerida, la complejidad técnica, las regulaciones estrictas y la dificultad operativa hacen que las empresas dentro del sector tiendan a especializarse o a subcontratar gran parte de sus procesos.

Llegar desde la exploración hasta la comercialización de derivados de hidrocarburos como el petróleo crudo tratado o el gas natural procesado implica un nivel de dificultad y aprendizaje tan alto, que muchas empresas optan por enfocarse únicamente en una parte del proceso o por utilizar vehículos empresariales especializados. Esto ha llevado a que el sector se divida, de manera práctica y funcional, en tres grandes áreas operativas:

1. Exploración y Estudios Geológicos

En esta fase inicial intervienen empresas altamente especializadas en el análisis del subsuelo, con el objetivo de identificar la presencia de hidrocarburos. Es una etapa que requiere un profundo conocimiento técnico, geológico y legal, ya que de su éxito depende la viabilidad y rentabilidad de toda la operación.

Los estudios realizados incluyen análisis geoquímicos, que buscan la presencia de hidrocarburos en pequeñas concentraciones; estudios geofísicos, que analizan las propiedades físicas del subsuelo; y estudios sísmicos, que utilizan ondas acústicas para generar imágenes tridimensionales de las formaciones geológicas. Estos análisis permiten detectar estructuras subterráneas como trampas geológicas, reservorios y capas impermeables que podrían contener petróleo o gas.

Además, esta etapa debe cumplir con una serie de normativas ambientales y sociales, lo que implica un trabajo conjunto con entidades reguladoras y comunidades locales.

2. Infraestructura y Perforación

Una vez definidos los puntos de extracción, comienza la fase de construcción de la infraestructura y la perforación. Esta incluye la edificación de plataformas terrestres o marítimas, la perforación de pozos verticales y horizontales, la instalación de oleoductos y gasoductos, tanques de almacenamiento y plantas de procesamiento inicial.

La perforación, más que una actividad mecánica, es un proceso altamente técnico que varía dependiendo del tipo de suelo, la profundidad estimada del yacimiento y las condiciones geológicas. Se pueden emplear técnicas como la perforación rotatoria, perforación direccional o perforación multilateral, cada una con sus propias aplicaciones y restricciones legales o ambientales.

Las empresas en esta fase también se encargan del mantenimiento de las estructuras, el control de presiones del pozo, la administración de residuos de perforación y de garantizar un flujo constante de hidrocarburos hacia los centros de procesamiento, refinación o exportación.

3. Soporte Logístico, Legal y Ambiental

Esta área agrupa una serie de servicios esenciales que permiten la continuidad y legalidad de las operaciones principales. Desde la logística, por ejemplo, se gestiona toda la cadena de suministro (SCM) enfocada al sector: desde el transporte de maquinaria pesada hasta la movilización de petróleo crudo o gas natural hacia centros de distribución, pasando por almacenamiento, seguridad y trazabilidad.

En el ámbito legal y ambiental, las empresas deben garantizar el cumplimiento de las normativas locales e internacionales. Las sanciones por incumplimientos pueden ser multimillonarias e incluso llevar al cierre total de operaciones. Además, una gestión ambiental deficiente puede generar impactos irreversibles tanto en la reputación corporativa como en los ecosistemas afectados.

Por esta razón, los departamentos de cumplimiento legal y gestión ambiental se han convertido en piezas clave dentro del funcionamiento de las compañías energéticas.

¿Por qué dividir para vencer?

Aunque una empresa con los recursos suficientes podría manejar toda la operación de manera integral, en la práctica “especialmente en Latinoamérica” se observa una tendencia a la especialización. Incluso las grandes compañías del sector adoptan modelos híbridos: gestionan internamente parte de la cadena de valor y subcontratan el resto.

Esta estrategia permite reducir la carga operativa, optimizar recursos y aumentar la eficiencia, ya que muchas veces una empresa especializada puede ser más efectiva que una gran corporación dispersa en múltiples frentes. En resumen, dividir no es debilitarse, es fortalecer cada eslabón con el experto adecuado.

Lógicamente podemos encontrar muchas más fases como la producción o incluso áreas de negociación, pero el enfoque principal está en las tres áreas estudiadas.

Joan Denilson Agudelo Toro

Informes Sectoriales y Competidores